martes, 19 de febrero de 2008

Parkinson de un verdugo

Desde joven fue un ejemplo en su trabajo
se erigió como un perfecto salomón
repartiendo justicia desde su escritorio gris
impasible como buen profesional
con la mirada cínica bien ensayada
dictaminando muerte con certera estilográfica

Era eficiente, pulcro, metódico
firmaba las condenas con caligrafía esmerada
cuidando no ensuciar de tinta los puños impolutos
(como si su culpa no fuera ya una mancha indeleble
que le trepaba la camisa y le habitaba las vísceras)
La opinión pública se sentía segura
Las estadísticas le daban la razón
Y por las noches conciliaba un sueño limpio
casi diríamos desinfectado

Sin duda fue siempre dueño de sí mismo
Por eso hoy le desconcierta
esta ajenidad de sus dedos
este trazo repentinamente anciano
Será la enfermedad
Serán los años
O tal vez aún más sencillo
será que su mano verduga se rebela
cansada de sentencias letales
amotinándose en el temblor

Pero él siempre fue un ejemplo en su trabajo…
Será la enfermedad
Serán los años

No hay comentarios: